#ElPerúQueQueremos

 una hormona  que es producida por una pequeña glándula

Marcha gay: del closet a la libertad

Explica Consultores

Julio Miguel Ágreda

Publicado: 2014-11-10

La homosexualidad siempre se consideró una aberración de la especie humana. Reprimida con diversa severidad, desde la marginación hasta el tormento físico y la muerte. Entonces, para protegerse en el anonimato, sus practicantes encerraban dicha faz en el “closet”. Hasta que un descubrimiento científico generó la masiva apertura de los escondites en todo el mundo: comenzando, claro está, por los países más educados. Otros, presas aún del fanatismo religioso, se mantienen aun lejos de ello.  

El problema de fondo consiste en la falta de correspondencia entre la conformación física y la conducta sexual. Esto último, señalado eufemísticamente como “opción sexual”. Lo que favorece la confusión, ayudando -de paso- a mantener el prejuicio de “aberración” debido a que, si el problema se ubica en una conducta sexual anómala que nuestros personajes han decidido abrazar, consciente, racional y voluntariamente resulta difícil, sino imposible, evitar la censura social porque prefirieron conducirse como si fueran del sexo opuesto. (El sustantivo “opción” indica “libertad de elegir”.)

Pero resulta que esta conducta, lejos de estructurarse por una decisión voluntaria, o por imposición, es regulada por una hormona (como todos los procesos vitales; que son regulados por hormonas) que es producida por una pequeña glándula ubicada en la zona más profunda y remota del cerebro. Y su descubrimiento ha sido posible gracias a las más recientes técnicas biológicas, bioquímicas y fisiológicas.

Ahora bien. ¿Por qué demoró tanto su descubrimiento? Porque a más de ser muy pequeña (como la cabeza de un alfiler), se forma en el último momento de la gestación . Y el momento llega, para mayor complicación, durante el alumbramiento, o en los instantes previos a este. Encima, esa bendita glándula es la misma para homosexuales y heterosexuales, pues la única diferencia estriba en su tamaño: Las más pequeñas, y, consiguientemente, con menor producción hormonal, corresponden a la conducta sexual femenina (sea en cuerpo de hombre o de mujer); y las mayores, a la masculina. Descubrimiento que fue la llave maestra de los famosos closets. Y para que esa liberación avance con la celeridad que merece, debería reemplazarse el uso del término ”opción” por el de “conducta sexual”. Sería lo mejor para alcanzar la justicia de esta noble causa.

Lima, 12 de abril del 2014.


Escrito por

Julio Miguel Ágreda

Consultor en desarrollo económico, social y educativo. Profesor universitario, investigador, sociólogo, trujillano...


Publicado en