Así como una persona no es su nombre ni su documento de identidad, una nación no es su dirigencia (líderes, partidos, etc.); ambos son organismos. En el caso de las personas con una mente al centro. El alma de las naciones sería su aparato productivo. 

Ahora bien, en la etapa de globalización que nos ha tocado vivir, hay naciones cuyos organismos productivos vienen sufriendo los embates de otros países con los cuales se enfrentan en el mercado. Por ejemplo China y USA. Mientras una crece a ritmo acelerado, entre 16 y 6 % anualmente (picos extremos) desde hace más de 20 años, el otro lo hace a la décima parte. Una pregunta que se impone buscaría el porqué de esta diferencia lo que en el fondo explicaría, entre otras cosas, el sorprendente triunfo del Sr. Donald Trump en las recientes elecciones norteamericanas.

Habría un elemento clave que a nuestro parecer estaría en el fondo-fondo de esta diferencia: el costo del trabajo que alimenta a ambos organismos. Teniendo en cuenta que para un mismo bien o servicio el costo del salario determinaría en buena medida su precio, quedaría explicado el desplazamiento de la mercadería norteamericana para muchos productos. En los últimos años constatamos que en USA (a la inversa que en China) los salarios bajan dramáticamente impulsados por el desempleo que genera el cierre masivo de fábricas o su traslado a otros países, China entre ellos, y lo hacen buscando mejorar su rentabilidad.

Como resultado de lo expuesto, el electorado norteamericano habría abandonado a la dirigencia política anterior, atribuyéndole la responsabilidad de la frustración de la población en las últimas décadas que ha visto esfumarse el “sueño americano” y que sus últimas dirigencias han buscado ponerse a salvo propiciando conflagraciones en todo el planeta.

Resumiendo. Ese electorado ha decidido cambiar el rumbo de su país eligiendo a un candidato que coincida con ese estado de ánimo; y Donald Trump lo entendió perfectamente. Por eso, luego de conseguir rápida y eficazmente ser escuchado, propuso contadas alternativas políticas, priorizando el ataque despiadado a su contendora identificándola con todos los males del país.

Ahora estaría por verse qué tanto puede recuperarse económicamente EEUU en relación a China, suponiendo similar productividad. Mientras los salarios del primero vienen cayendo aceleradamente en tanto los chinos comienzan a subir por agotamiento de su `prodigiosa´reserva laboral.

Lima, 12 de noviembre del 2016

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