Todo ciudadano amante de su país alberga en su más elevado imaginario cívico la Patria en que le gustaría vivir pensando también en los que vendrán tras él. Como estas ilusiones pueden configurar tantas imágenes como de individuos se trate, correspondería a los partidos políticos captar estas inquietudes generando programas políticos que sinteticen las aspiraciones ciudadanas lo cual permitiría a los electores un discernimiento tan razonado como responsable para la hora de concurrir a las urnas. 

Entonces, un partido político no debería limitarse solamente a cobijar bajo sus emblemas a una sumatoria de adherentes para llenar plazas públicas y aplaudir a sus caudillos. Una de sus tareas más importantes debería ser la constitución de escuelas de cuadros para capacitar a sus más prometedores militantes incluyendo a sus propios dirigentes; capacitación que serviría también para calificar a los futuros administradores del país a quienes la ciudadanía decida convocar.

Mientras tanto, ¿qué tenemos en el país mayoritariamente como encargados de dirigir la administración pública? Gente que no cuenta con la debida preparación o que es invitada a candidatear sin haber tenido incluso ninguna vinculación con partido político alguno; y muchas veces nos enteramos demasiado tarde de las `joyitas´ que regirán nuestros destinos. Cuando ya no hay nada que hacer ni qué remedio aplicar. Estas frustraciones seguirán alimentando, por supuesto, la deplorable imagen que se está constituyendo en la opinión política de la ciudadanía respecto de nuestros partidos políticos y de la política en general.

Entonces, en estas escuelas de cuadros debería difundirse tanto los lineamientos que distinguen a ese partido político de los otros partidos de la competencia; así como los de su propia historia partidaria y, lo más importante, la explicación y la asimilación del programa partidario que debería incluir el conjunto de objetivos que se le propondrá al electorado. ¿Existe esto en la vida política del país? Nada, en absoluto. Y esta carencia guardaría estrecha relación con la lamentable ubicación de nuestro país en el ranking mundial de desarrollo económico, social y educativo, figurando nosotros en el último pelotón entre todos los países del mundo.

Para mayor ilustración, recomendamos a nuestros lectores acceder a las importantes aunque penosas revelaciones que aparecen en 1) http://gestion.pe/economia/que-paso-talento-peruano-2175870 y 2) http://gestion.pe/economia/que-puesto-ocupa-peru-entre-paises-que-mejor-desarrolan-atraen-y-retienen-talento-2175839

Lima, 1º de diciembre del 2016.