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¿de qué dimensiones sería el resentimiento británico contra nosotros por el hundimiento de uno de sus barcos por un misil peruano, lanzado desde avión peruano y con piloto peruano, en su reciente guerra con Argentina por las islas Malvinas? ¿Difícil entenderlo?

¿Cómo podríamos entender el caso Paolo?

Explica Consultores

Julio Miguel Ágreda

Publicado: 2018-02-25

Ahora la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, siglas en inglés), apelará por la rebaja de un año a seis meses que le impuso la FIFA a nuestro capitán y principal artillero de nuestra selección de fútbol a pocos meses del mundial de Rusia. ¡En las puertas de los partidos preliminares que nuestra selección jugará antes del mundial! Compás de espera de enorme perjuicio. Y por el tardío anuncio de esta apelación, la TAS (el Tribunal de Arbitraje Deportivo) verá el caso de nuestra principal estrella, con dos semanas más de retraso.

Estas dilaciones solamente pueden retrotraernos a la búsqueda de explicaciones pues la voluntad de perjudicar al Perú se evidencia cada vez con mayor claridad. La primera pregunta sería: ¿Todo este absurdo e interminable embrollo no tendría una explicación histórica? Por eso, recordaremos lo ocurrido entre Bolivia y Gran Bretaña hace algunas décadas cuando un dictadorcillo, de esos que tanto dañaron a nuestros pueblos, se le ocurrió la peregrina, machista y estúpida idea de pasear al embajador británico por toda la capital de la República de Bolivia, montado sobre un asno, con los ojos vendados y los carteles alusivos al humillante, abusivo e inhumano agravio nada menos que al representante diplomático de una de las principales potencias políticas mundiales. Enterada de este agraviante suceso, la reina británica de entonces pidió un mapa. Señalada su ubicación, pidió una tiza y poniendo una cruz sobre Bolivia exclamó ante su estado mayor: ‛esto ya no existe´. (Y no hay diplomacia más constante que la británica.)

¿Recuerdan ustedes amigos el escandaloso empate futbolístico entre Bolivia y Perú de hace unas décadas donde el famoso, por corrupto, árbitro Chechelev, puesto por la FIFA, perjudicó escandalosamente a nuestro equipo, casi sacándonos de las eliminatorias de ese entonces? Claro está que dicho árbitro tuvo que colgar el pito y los chimpunes pero seguramente con los bolsillos rebosantes de su repugnante dinero. Con esto, Gran Bretaña podría haber matado dos pájaros de un tiro: 1°) Perjudicar a Bolivia por el tremendo descrédito que, a primera vista, todo el mundo le achacó, reafirmándolo como un vulgar gobierno “bananero”; y 2°) al Perú, con negro historial con dicha potencia desde que nos aventó a otro país, perdiendo con esto una buena parte de nuestro territorio. (Recordemos también la “inexplicable” Resolución de la Corte Internacional de “Justicia” de La Haya con la absurda “solución” del impase fronterizo con nuestros vecinos del sur gracias a lo cual tendríamos, si ganamos, un pedazo de costa sin mar.)

Pero, teniendo en cuenta lo señalado con el malhadado asno boliviano, de dos patas; y comparando este suceso con el producido por un presidente nuestro con similar ceguera a la del burro mencionado ¿de qué dimensiones sería el resentimiento británico contra nosotros por el hundimiento de uno de sus barcos por un misil peruano, lanzado desde avión peruano y con piloto peruano, en su reciente guerra con Argentina por las islas Malvinas? ¿Difícil entenderlo? 

Sólo habría que tener en cuenta el abyecto envío de armas al Ecuador en plena Guerra del Cenepa; armas argentinas capturadas por los ingleses y obsequiadas a Chile que terminaron en Ecuador. Justamente de manos de un “garante” del Protocolo de “Paz” y Límites con dicho país.

¿Qué esperaremos ahora de estos organismos mundiales que ya vienen perjudicando a nuestro gran Paolo Guerrero con tres meses sin pisar una cancha y al Perú en las puertas del mundial?

E-mail: jmagreda2000@yahoo.es

Lima, 24 de febrero del 2018


Escrito por

Julio Miguel Ágreda

Consultor en desarrollo económico, social y educativo. Profesor universitario, investigador, sociólogo, trujillano...


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