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Sólo suprimiendo de raíz el enorme despilfarro que produce nuestro Congreso, habrían fondos para remunerar a 400 ó 500 diputados y los correspondientes senadores (alrededor de 60 ú 80) que deberíamos tener para que nuestro Congreso sea realmente un Congreso de la República y no un “congreso” sólo para los mismos congresistas.

Congresos y "Congresos"

Explica Consultores

Julio Miguel Ágreda

Publicado: 2018-08-12

(Me temo que ahora nadie me acompañará con este planteamiento.) 

En un país como el nuestro, con tanta diversidad social y cultural, y con más de 30 millones de habitantes dispersos en un territorio de complicada comunicación, 130 congresistas o 120 que es lo mismo para estos efectos o, peor aún, 80 ¿tendrían realmente alguna representatividad social y política que vaya más allá en el mejor de los casos, de la auto representación de ellos mismos?

Sólo si consideramos que la mitad de ellos estaría compuesta por mujeres ¿65 de ellas representarían a todas las mujeres peruanas? (Llevando el tema de género a un supuesto medio jocoso, pero que está en plena actualidad en estos días.)

Mientras tanto, tendría algunas preguntas para nuestros acuciosos y generosos lectores: ¿Hay algún país en el mundo donde se hablen como acá 47 idiomas nacionales? ¿Habrá algún otro país en el mundo con la diversidad cultural que se da en nuestro país? ¿Cuánto más deberíamos esperar para que se realicen las grandes e indispensables reformas que el país requiere para superar nuestro permanente estancamiento y podamos enrumbarnos al desarrollo? ¿Hay motivos verdaderos que justifiquen el descarado despilfarro de los fondos públicos, cada vez más grandes, efectuados en nuestros “Congreso”? (Sin referirnos a las compras sobrevaluadas, no atribuibles a empleados menores, que llegaron a ser de público conocimiento, por un lado, quedando impunes, por el otro.)

Sólo suprimiendo de raíz el enorme despilfarro que produce nuestro Congreso, habrían fondos para remunerar a 400 ó 500 diputados y los correspondientes senadores (alrededor de 60 ú 80) que deberíamos tener para que nuestro Congreso sea realmente un Congreso de la República y no un “congreso” sólo para los mismos congresistas; es decir, que tenga la trascendencia, la solidez, la seriedad y, sobre todo, la representatividad que se requiere de una institución que debería ser la más importante del país y no el conjunto de gente que no merece el menor respeto ni confianza de la ciudadanía como lo refieren SIEMPRE las encuestas de opinión.

Si lo dicho hasta aquí no es cierto ¿qué sería lo más provechoso que nuestros reducidos congresos, incluyendo los unicamerales, han producido? ¿Por qué vino el golpe velasquista, que dicho sea de paso destruyó nuestra agricultura, desgracia que también ha quedado sepultada en la impunidad? ¿Por qué la ciudadanía debidamente informada se pregunta si no seremos ya un país fallido o que estamos en camino a serlo?

Ahora me gustaría contar, queridos amigos, con una mayor cantidad de opiniones, las cuales permitirían probablemente concebir una propuesta para nuestra clase política que pueda ser tomada en cuenta.

Lima, 19 de setiembre del 2017.


Escrito por

Julio Miguel Ágreda

Consultor en desarrollo económico, social y educativo. Profesor universitario, investigador, sociólogo, trujillano...


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