Hay políticos que se promueven planteando y exigiendo medidas absurdas, pero sumamente demagógicas como por ejemplo: Derogar la ley 30737 que permite al Estado contratar en el futuro con la firma Odebrecht. 

Sostener esa prohibición supone varias cosas; las principales: 1) ¿Odebrecht es la única empresa que recurre a la corrupción de funcionarios para sacar adelante sus proyectos?

2) ¿Todas las demás empresas, o la mayor parte de ellas, que trabajan o aspiran a trabajar con el Estado no tienen un pelo de corrupción en sus cabezas?

3) Como filtro para proteger los intereses del Estado, que en el fondo maneja los dineros provenientes del bolsillo de todos los peruanos, sólo habría que establecer que las licitaciones sean públicas. Punto.

Pero a los demagogos, que también son corruptos, no les interesa avanzar, mejorar, ni progresar. Sólo denunciar e insultar como forma efectiva y segura de obtener votos para futuras contiendas políticas. ¿Y el interés de los ciudadanos? Es lo que menos les importa.

(Referencia: Diario Correo, miércoles 20 de febrero del 2019, Pág. 3.)

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Lima, 20 de febrero del 2019.