En el capítulo anterior recordamos los elementos básicos del Modo de Producción Capitalista:

1) La relación salarial para la producción: a) la fuerza de trabajo, representada por obreros que venden el uso de su fuerza de trabajo en el mercado, y b) el capital, representado por su propietario -el capitalista- quien actúa como comprador del trabajo, al mismo tiempo.

2) La existencia de clases sociales conformadas por los obreros asalariados y la clase capitalista constituida por los propietarios del capital.

Decíamos que la clase obrera no nació con el proletariado (obreros asalariados). Ésta se constituiría después con la formación de su conciencia de clase, capacidad organizativa y libre expresión, principalmente; asuntos vistos anteriormente. La constitución del proletariado como clase social debía realizarse como antesala del Modo de Producción Socialista.

Vimos también cómo se impusieron los estatistas después de la muerte del fundador de la Rusia Socialista, V.I. Lenin, fallecimiento que interrumpió el proceso revolucionario, invirtiendo sus principios y anulando sus logros al transformarlos a términos diametralmente opuestos.

El presente análisis pone como centro explicativo del desarrollo económico lo ocurrido con la capacidad productiva de la fuerza de trabajo en ambos sistemas: en el Capitalismo, las fuerzas productivas -que incluyen a la fuera de trabajo- aceleran continuamente su desarrollo; en cambio, en el Estatismo, lo frenan hasta el colapso. Esto nos permitiría entender, también, el destino de la fuerza de trabajo en sus respectivos modos de producción y el futuro de estos.

Veamos primero cómo se gestó económicamente la fase revolucionaria que dio origen a la primera etapa del Modo de Producción Socialista en Rusia hasta el año 1924 que fallece Lenin.

El Partido Bolchevique impulsó –desde medio siglo antes de la Revolución- el progreso económico, no obstante tener que convivir con pequeños grupos estatistas, presentes siempre en el partido. Aunque no fueron las únicas tendencias pues éste tuvo siempre un carácter democrático y nunca reprimió, excluyó ni expulsó a sus críticos y disidentes. Por todo lo visto, apoyaron a los mencheviques principalmente por la presencia de representantes industriales que pugnaban por abrirse paso ante el absolutismo y por oponerse a la guerra; distanciándose de ellos cuando -ya en el gobierno- apoyaron la continuación de Rusia en la Guerra Mundial.

Después del triunfo revolucionario, los estatistas querían estatizarlo TODO. Antes del lanzamiento de la Nueva Política Económica (NEP), esos grupos lograron imponer algunas decisiones productivas en la industria, generando su inmediato estancamiento productivo. No obstante, las tesis favorables al desarrollo económico predominaron, lo que se vio con claridad posteriormente en la NEP, impulsada por Lenin. Marginados los estatistas por el estancamiento productivo mencionado, se aumentaron los porcentajes de inversión privada y la asociación 50/50% del capital estatal con el capital extranjero -que sobre todo aportaba tecnología-. La producción de acero donde funcionó esta modalidad aumentó siete veces en poquísimo tiempo. Todo esto, antes del lanzamiento de la NEP.

Por otro lado, como en Rusia la población tenía una herencia de pobreza lindante con la miseria, la producción agropecuaria de los pequeños agricultores que eran la gran mayoría se paralizó completamente, huyendo estos a las ciudades ante el temor de la estatización de sus tierras y ganados ante los clamores estatistas que pugnaban por dicha estatización.

Como esta situación llegó al límite y ya no había qué comer, el Comité Central del Partido Bolchevique lanzó la NEP cuyo principal enunciado fue respaldar la propiedad privada en el campo y la libre comercialización de su producción, previa contribución monetaria de los impuestos a favor del Estado. El resultado fue inmediato: los campesinos regresaron a sus tierras y el rápido incremento de la producción le dio la razón a la mayoría bolchevique.

Desgraciadamente para el proceso de fugaz crecimiento económico que se desató también en el campo, muere su conductor y se inicia la lucha interna en el Comité Central por la sucesión; lucha impulsada fundamentalmente por los estatistas que, como controlaban el aparato organizativo del partido, lo usaron descarada e ilimitadamente para apoderarse de la conducción del Partido, dando nacimiento en ese punto a la constitución de lo que sería el Modo de Producción Estatista.

Este modo de producción tiene como contenido esencial la estatización completa de la economía, tanto en las ciudades como en el campo.

El resultado fue inmediato:

1) La aceleración del desarrollo económico colapsó, invirtiendo su tendencia;

2) La reacción del campesinado fue similar a lo visto, antes de la NEP.

3) Lo más importante: El incentivo laboral en la producción desapareció con la supresión del salario de los obreros y su reemplazo por el sueldo, suprimiéndose -consecuentemente- la libertad mercantil de éstos al incorporarlos a la administración del Estado, donde fueron convertidos en burócratas. Así se constituyó la causa principal del atraso productivo soviético. Aunque, propagandísticamente, siempre se le llamó salario, una de las infinitas mentiras que lanzó a los cuatro vientos la dirigencia de la URSS. Pero, para el entendimiento global de este proceso económico, dicha transformación originó el ulterior estancamiento económico de la nación, iniciándose su retroceso productivo, hasta su desplome político completo que dio lugar, en su reemplazo, a la actual Federación Rusa.

La “supresión de la propiedad privada de los medios de producción”, anunciada como la conquista principal de la Revolución Rusa -y su seguidora, la URSS- queda al olvido por tratarse de propaganda barata llamada a confundir a los interesados en el contenido socialista ocurrido en Rusia, evitando la revelación de la verdadera explicación de la contra revolución estatista encarnada en la Unión de Repúblicas “Socialistas” Soviéticas. Engañando hasta con su nombre.

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